Ellen Langer, estudiosa por más de 40 años del mindfulness, manifiesta que cuando dejamos de funcionar en piloto automático y prestamos atención a lo que ocurre a nuestro alrededor, además de mejorar nuestra salud potencializamos nuestra creatividad y nuestro rendimiento.
Langer dice que: “el proceso de observar de forma activa te hace más sensible al entorno, obtienes mejores perspectivas. Es un proceso que genera energía al mismo tiempo que la ahorra”.
“Lo que genera el estrés son los juicios negativos que a menudo emitimos de forma automática y la preocupación ante la perspectiva que nos vamos a encontrar con problemas que no seremos capaces de resolver”.
También indica que: “el mindfulness te ayuda a darte cuenta que no hay resultados positivos o negativos, sino la opción A, B o C, y muchas otras, cada una con retos y oportunidades”.
El mindfulness y la inteligencia emocional
Daniel Goleman, uno de los autores más destacados y conocidos, por sus investigaciones sobre la inteligencia emocional, menciona que es muy importante aprender sobre la atención porque la mente siempre se distrae.
Indica que el entrenamiento de la atención ayuda a fortalecer los circuitos neuronales, y cada intento de concentración es como una repetición en el gimnasio para fortalecer el cerebro.
Dice Goleman que el control cognitivo pronostica mejores resultados porque el ser humano puede auto gestionarse de mejor forma.
Manifiesta que la inteligencia emocional se centra en aprender cómo te manejas a ti mismo y tus relaciones; es un aprendizaje que no es académico y comienza por esa habilidad personal de “tomar consciencia”, por identificar lo que sientes y por qué lo sientes, y de esa forma, se busca el cómo contrarrestar esas emociones perturbadoras para que no te destrocen la vida.
El mindfulness y la sanación
El Dr. Jon Kabat-Zinn hace 40 años comenzó a aplicar técnicas de mindfulness en grupos heterogéneos de pacientes con enfermedades crónicas, que ya los tratamientos tradicionales no les funcionaban.
Comenzó el Dr. Kabat-Zinn a enseñarles a poner atención en ellas mismas, y logró beneficios sorprendentes de recuperación con esas técnicas contemplativas, utilizadas por la meditación, y demostró científicamente la relación que existe entre mente y cuerpo.
La medicina amiga del mindfulness dice que cuando las personas se prestan atención así mismas se cuidan más, y eso mejora su bienestar y las relaciones personales con sus equipos de trabajo, porque se logra mayor empatía.
Múltiples estudios publicados han demostrado reducciones significativas en la ansiedad, la depresión y la hostilidad; y también han encontrado que tales mejoras fueron producto de la reducción de la “rumiación” (que significa quedarse enganchado en pensamientos de tipo tóxico).
El Mindfulness contrarresta las emociones negativas
Ratificado por el budismo zen que enseña que no se trata de dejar la mente en blanco sino en observar los pensamientos y emociones conforme van apareciendo sin dejarse llevar por ellos.
Es el entrenamiento de la mente para no ser alcanzada por las emociones negativas como la ira, la envidia o el resentimiento. El estoicismo enseña que las emociones negativas las podemos combatir con emociones positivas, como el amor, la empatía, la felicidad, la justicia o la templanza.
Si somos conscientes que estamos molestos, por ejemplo, y buscamos qué hace que se dispare ese enojo, y nos damos cuenta que:
– Es porque siempre se nos pierden las cosas, y entonces con decisión buscamos volvernos más ordenados, y buscamos un sitio para cada cosa, y somos más conscientes de colocar las cosas en los sitios dispuestos; y con el pasar de los días, hasta disfrutamos de ese nuevo orden… ¿Volveríamos a tener esos disgustos diarios?
– Es porque el tráfico de la ciudad es un caos, pero somos conscientes que no hay mucho que podamos hacer para cambiar esa penosa situación diaria, y entendemos que el tiempo que duramos atrapados allí lo podemos utilizar en nuestro beneficio, por ejemplo, para aprender sobre un tema específico… ¿el tráfico volvería a ser una molestia?
El Mindfulness en las cosas más sencillas
Los japoneses, exactamente las filosofías milenarias enseñan, que el estado de presencia se puede aplicar al hacer cualquier actividad, por sencilla o aparentemente desagradable que esta sea (Lo llaman: El Flow, el fluir haciendo lo que haces, tus deberes, amándolo).
Desde el mismo despertar, puedes comenzar a ser consciente, cuando te estás levantando, cuando te estás bañando o lo que estás comiendo; procuras hacer una cosa a la vez y la observas, centras tu atención totalmente en ello.
Por ejemplo, puedes decirte:
- Voy a tener un momento para mí tendiendo la cama,
- Y comienzas a hacer ese oficio que puede parecer aburrido, buscando disfrutarlo,
- Como si estuvieras ejecutando un ritual, que te agrada, con la atención necesaria, no a la carrera,
- Para que la cama quede bien hecha, las sábanas estiradas y ajustadas, el cubre lecho alineado y planchado, las almohadas puestas en su sitio,
- Y cuando terminas, observas y sientes la satisfacción de lo bien que te ha quedado aquel simple oficio.
Existe la falsa creencia que las personas más efectivas son aquellas que pueden hacer múltiples cosas al tiempo, cuando es todo lo contrario, la efectividad se alcanza en la atención en una sola cosa, en una sola actividad, y mejor aún, en el disfrute de hacerla bien hecha; por lo tanto, carece de sentido intentar ser un “ser multi-tasking”.
Cuando no te focalizas en una cosa es muy posible que nada te quede bien, y peor aún, que te llenes de ansiedad y que con el pasar del tiempo termines extenuado y muy estresado.
Comentarios recientes